Las prisas y lo instantáneo se apoderan de la sociedad de hoy, de tal forma que no le dejan tiempo para darse cuenta de cómo va a acabar un edificio: demoliéndose. Por ello, es necesario hacer una pausa y replantearse qué componentes procedentes de la naturaleza aportan calidad a las edificaciones. De tal manera que se conviertan en edificios inteligentes por estar hechos con materiales biodegradables. Veamos cuáles son esos materiales.
Hasta ahora, la mayoría de los materiales utilizados en la construcción terminan en el vertedero. Por ejemplo, solo en Reino Unido se crean aproximadamente 100 millones de toneladas de estos residuos, y al menos el 80% de ellos no son biodegradables, y por tanto perjudiciales para el medio ambiente.
Esto nos obliga a los nuevos arquitectos a replantearnos soluciones arquitectónicas sostenibles. Veamos qué materiales podemos utilizar para ello.
Corcho
Es el rey de los materiales biodegradables. Es reciclable y renovable, ya que el corcho es el único árbol que regenera su corteza y no le perjudica que su material sea cortado. Además, tiene un peso muy ligero, es un excelente retardante térmico, aislante acústico y es resistente al agua. No es de extrañar que incluso la NASA lo utilice en la construcción de sus transbordadores espaciales. Además, es estéticamente muy atractivo, ya que permite aportar tonos cálidos, terrosos y moteados a las construcciones; sin tener que añadirle ningún otro ingrediente. Toda una joya de los revestimientos naturales sostenibles.
Bambú
Es otro material de rápida regeneración, ya que puede llegar a crecer 1,22 metros al día. Es entre dos y tres veces más fuerte que el acero, y no es de extrañar que esté presente en las tendencias arquitectónicas de los últimos años. Muy estético, aporta un aire oriental, elegante y sofisticado a los espacios si se utiliza en decoración.
Arena del desierto
Un grupo de estudiantes del Imperial College de Londres ya ha desarrollado Finite, un material similar al cemento hecho a partir de la arena de desierto en vez de la arena blanca que se utiliza habitualmente. La arena del desierto no es biodegradable, pero es una solución al agotamiento de la arena blanca. Y se puede recolectar y reutilizar, con muchos ciclos de vida.
Bioplásticos
Los bioplásticos, normalmente hechos a partir de soja, son una excelente opción biodegradable. Se degradan mucho más rápido que los plásticos convencionales, con la misma velocidad que el papel. Una vez degradados producen biomasa, la cual nutre los hábitats naturales. Uno de los ingredientes utilizados en su producción reduce las emisiones de dióxido de carbono y de formaldehído (una sustancia cancerígena). Además, su producción no necesita temperaturas tan altas.
Los bioplásticos de soja presentan prácticamente las mismas propiedades que los convencionales. Quizá por eso actualmente ya se utilizan en bolsas de plástico y envases de alimentos en muchos supermercados.
Además de la soja, también se pueden fabricar bioplásticos a partir de almidón de maíz, trigo, centeno o fibras comprimidas.
Linóleo
No tiene el aspecto de un material ecológico, pero lo es. Está compuesto de materiales naturales como aceite de linaza, polvo de corcho molido, resina natural, harina de madera y polvo de roca caliza. Además de ser biodegradable, su combustión proporciona una fuente de energía relativamente limpia. De esta manera, los deshechos de linóleo podrían utilizarse para luego obtener una energía barata y limpia. No hay que confundir este material con el vinilo, elaborado a partir de petroquímicos clorados que sí son contaminantes.
Tablero de fibra de densidad media (MDF) elaborado con almidón de patata
Los MDF convencionales utilizan formaldehído, que no se puede reciclar y puede ser perjudicial para la salud. Se utiliza en vitrinas y muebles, que son objetos desechados muy frecuentemente, lo que acusa la necesidad de contar con una alternativa ecológica al formaldehído del MDF. Por eso, la Universidad de Leicester ha decidido con éxito sustituir este componente por almidón de patata.
Micelio
El micelio consiste en la parte vegetativa de un hongo, formado por cientos de fibras entrelazadas que se convierten en un material increíblemente fuerte cuando se seca. Estas fibras crecen con mucha rapidez, llegando a 1 mm por hora, por lo que son un excelente recurso prácticamente inagotable. Combinado con desechos orgánicos de las granjas y colocado en moldes, se pueden obtener ladrillos orgánicos para la construcción. Lamentablemente, en la actualidad solo se utiliza en pabellones o instalaciones temporales.
Madera
Utilizada con moderación para no terminar con los bosques naturales, la madera es una de las soluciones arquitectónicas más biodegradables que existen. El problema reside en el tratamiento que se le da para la construcción, en el que sí se utilizan sustancias no biodegradables y perjudiciales para el medio ambiente.
Los biomateriales o materiales biodegradables no solamente evitan el daño al medio ambiente, sino que son sumamente fáciles de fabricar y manipular. Además, son una materia prima muy económica, ya que se encuentran presentes en la naturaleza.
Materio aporta soluciones para arquitectura, diseño de interiores y decoración en revestimientos y pavimentos.