La decoración en los hoteles es algo mucho más importante de lo que, a priori, pueda parecer. La primera impresión que se llevan los clientes al entrar al hotel cuenta, y mucho.
Para lograr unas habitaciones de hotel bien decoradas, lo único que necesitas es un poco de mimo y una guía de decoración que te marque las pautas y te enseñe cómo decorar los espacios.
La amplitud es un aspecto básico a la hora de llevar a cabo la decoración de cualquier zona del hotel. Debes sacar el máximo partido a los rincones de cada habitación, eligiendo los colores adecuados para que parezca lo más espaciosa posible.
Además de ello, la luminosidad debe ser apreciable, ya que a nadie le gustan los espacios lúgubres. Procura pintar las paredes y el techo de forma que absorban la menor luz posible y otorguen a la estancia toda la luminosidad que se pueda.
Aunque al final acabes optando por colores más fríos, siempre se le puede sacar cierto aire de alegría y dinamismo a las habitaciones si se escogen los colores adecuados. Por ejemplo, el azul es un color frío, pero combinado con blanco de forma bien distribuida se puede crear un ambiente de bienestar que haga recordar lugares que transmitan paz, como la playa o el cielo.
Debes tener muy claro quiénes van a ser tus clientes. No es lo mismo decorar un albergue juvenil que un hotel pensado para parejas.
También habrás de tener en cuenta el lugar. Si hablamos de un hotel rural, se le puede dar un toque rústico al mobiliario. En cambio, si se trata de un hotel en una gran ciudad, puedes poner mobiliario de diseño con colores negros y blancos, por ejemplo.
Para poder generar la sensación de espacio, lo importante es tener pintadas en colores claros todas las paredes menos una, que irá de oscuro. Así, podrás añadirle profundidad a la habitación.
El baño también es un lugar muy importante a la hora de decorar. Debes emplear un diseño en los baños del hotel que haga que los clientes se sientan acogidos y cómodos, a la vez que se genere una gran sensación de armonía al observarse en conjunto con el mobiliario. Lo mejor es apostar por el blanco, aunque si incluyes una pared y muebles oscuros, el contraste será magnífico.
La tendencia en cabeceros de cama se encamina hacia propuestas con elementos mucho más discretos y sutiles, donde la originalidad juega un papel muy importante. Los grandes cabeceros de hotel no eran lo suficientemente funcionales para el cliente, por eso las propuestas con cabeceros que cubran toda la pared, los elementos sencillos o incluso los cuadros y pinturas sobre la cama están siendo las opciones más utilizadas en la decoración de habitaciones.
La Suite San Andrea del hotel Monteverdi recoge a la perfección todos los matices que se pueden sacar a un entorno rural. Suelos antiguos de roble, vigas de madera, chimenea de leña, cortinas de lino o cojines de arpillera son algunos de los elementos que podrás encontrar aquí.
En Les Hamaques, situado en Girona, puedes ver cómo el blanco hace que todo brille y crea un ambiente de paz absoluta, dando una grandeza y elegancia a la habitación que de muy pocas formas se puede conseguir.
La decoración de diseño vanguardista apuesta por lo minimalista y los contrastes, y en el Bohème Mykonos, en Grecia, se consigue perfectamente. Su decoración con elementos pequeños y sencillos y sus contrastes de blancos con negros hacen de sus habitaciones todo un remanso de paz.
Como ves, la decoración de hoteles no es sencilla. Pero, con atención y cariño, se pueden llegar a conseguir cosas sorprendentes.